casa egon
Si tuviéramos que definir con un único sabor la Villa de La Orotava este sería, sin duda alguna, el sabor dulce que se desprende de Casa Egon. Para quien no la conozca, se trata de la dulcería más antigua de la región. Tanto es así que durante el año 2016 alcanzó su centenario. Una cifra al alcance de no cualquier negocio.
Su nacimiento llegó en el año 1916 de la mano del alemán Egon Wende. De ahí que la dulcería herede el nombre de su propietario. Durante estos años, a esta pastelería se le ha conocido tanto como Casa Ego como Don Ego. En ambos casos, con extremo cariño por parte de sus vecinos.
Una parte imprescindible del patrimonio gastronómico de La Orotava
Su importancia en el horizonte de La Orotava es tal que Casa Ego se ha consolidado como una parte imprescindible del patrimonio gastronómico de La Orotova. Sus propios habitantes manifiestan que su presencia evoca a tiempos pasados. Épocas en las que La Orotava difería mucho de su esencia actual. Pero que gracias a comercios como esta dulcería todavía mantiene resquicios de sus orígenes.
Podemos encontrar el gran secreto que se desprende de Casa Ego hace referencia a su gestión. Todavía hoy en día en manos de su familia. Tanto Ángel Luis como el resto de sus cuatro hermanos, sobrinos de Egon y de Luisa, se encargan de llevar a cabo toda la gestión. De este modo, se logra perpetuar el ethos de Casa Ego. Uno de los nombres que ha logrado adquirir una mayor importancia en el horizonte de este negocio.
Además, para entender su gran secreto, es importante conocer que sus sueños se desplazan hacia la finca que tienen en propiedad. Allí cultivan, cuando la cosecha lo permite, la mayoría de los ingredientes que, a posteriori, utilizan en sus helados. Perpetuando el concepto hasta límites inimaginables.
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